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Brasil es un país que tiene vocación para la diversidad. Sin embargo, el proceso de formación de nuestra nación fue marcado por la exclusión de la gente negra e indígena, que hasta hoy, siguen sufriendo los daños de la esclavitud y del genocidio promovido por los europeos. A través de su historia de excepción, Lázaro Ramos – renombrado actor, cineasta, escritor y presentador – ofrece una forma única y personal de cómo reflexionar lo cuanto dejamos de potenciar talentos brasileños a causa del prejuicio racial. Valiendo de rasgos biográficos, esa obra nos invita a dejar de negar, buscar y pasar a valorar nuestra identidad perdida.

En Mi Piel

Infancia

La historia del autor comienza el 1 de noviembre de 1978 en una isla en la Bahía de Todos los Santos con poco más de doscientos habitantes que trabajan en la pesca, campo o en el ayuntamiento. La Isla del Paty es un distrito de San Francisco del Conde, municipio a 72 km de Salvador que alberga la primera refinería de petróleo de Brasil. No se sabe muy bien la historia del Paty, tal vez porque los más viejos tenían vergüenza de contar de su pasado de esclavitud y sufrimiento.

El padre del autor logró ganar la vida como operador de máquinas en el Polo Petroquímico de Camaçari por haber apostado en la educación. Su madre, Maria Célia Ramos, se embarazó después de coquetear con su padre. No siguieron juntos, pero se quedaron amigos y presentes en la vida del hijo.

A los cinco años, Lázaro fue a vivir con Dindinha, que era tía abuela de su papá. La rutina intensa de sus padres era tan intensa que los encuentros con ellos eran generalmente los fines de semana.

La familia del autor tenía diferentes credos. Había gente del candomble, protestante y católica.

Durante la infancia, todo niño quiere ser “alguien” y para eso, elige un superhéroe. En el caso, su ídolo era el Jairzinho del programa de TV Globo Mágico. Esta identificación probablemente ocurrió porque Jair era uno de los pocos negros en el universo televisivo infantil en la época.

Otro gran momento de identificación ocurrió en un carnaval en compañía de su padre. Aunque tímido, tuvo los ojos en lágrimas cuando el bloque Ilê Aiyê pasó cantando letras de afirmación de la identidad negra con orgullo y confort.

Hasta el quinto año de la enseñanza primaria, estudió en un colegio privado. En su clase el número de negros y blancos era equilibrado. Su dificultad en ese momento era otra: ser el hijo de la empleada del hogar. Él se sentía bastante confuso en el trato inconsistente que recibía de la patrona de su madre. A veces era bien tratado y vivía jugando con sus nietos. Pero a la hora del desorden, sólo él era llamado a la atención.

“¿Qué estás haciendo ahí?”

Él se ponía desubicado cuanto al su lugar en el mundo. Para un niño, una situación como ésta puede ser muy difícil. Generalmente, regresaba al cuarto de su madre, un espacio pequeño que le hacía reflexionar porque no estaba autorizado a explorar los otros lugares de la casa. De vez en cuando, miraba por la fresa y veía a su madre recibir órdenes a los gritos, realidad de que buscaba huir montando origamis con alas.

Este período lo marcó bastante e imprimió en él muchas ganas de dar la vuelta y romper barreras sociales. Nadie de su familia hasta entonces había frecuentado la universidad. Cuando se le preguntó sobre intención profesional, su respuesta era “quiero ser médico”.

Adolescencia

Al mudarse a la recién construida casa de su padre en el barrio de García, el escritor por primera vez tuvo amigos con quienes se sentía libre para ser quien era. Fue ahí que un día se dio cuenta de que podría ser un buen actor.

Durante un juego de cartas en el cuál el perdedor tomaba alcohol, salió bien mareado. En seguida se fueron a una fiesta callejera, donde confundió a un compañero de catecismo con el traficante del barrio, al saludarlo de una forma que podía sonar agresiva cuando fuera de una amistad.

Cuando se dió cuenta de lo malo que hizo, fingió estar más borracho y huyó. Sin embargo, el traficante se enfadó mucho y Lázaro tuvo que contar con la ayuda de sus amigos, que lograron evitar la pelea.

Con los amigos de la calle fue fácil dejar timidez, pero lo mismo no se pasó en el nuevo colegio privado, en que era uno de las pocas personas negras. En la época de los bailes de quince años, por ejemplo, no podía sentirse más rechazado. Y cuando le pasaba de alguna niña le hablar algo, no conseguía charlar por la falta de entrenamiento. Entonces, la salida fue adoptar el rol de mejor amigo.

Con ganas de perder la timidez, empezó a acercarse al teatro. Sin embargo, su padre creía que lo mejor para él sería hacer un curso técnico y luego buscar un empleo en el polo petroquímico de Camaçari.

Para apartar de una vez esa posibilidad, él fue muy malo en los exámenes para la escuela técnica y, en lugar, entró en el Colegio Anísio Teixeira. Esa escuela también era pública y ofrecía educación profesional, además de clases de teatro. A partir de ahí, Lázaro llevaba el trabajo de técnico de patología más el teatro.

Su padre no aceptó bien la idea del teatro por el temor de que el autor no pudiera vivir de los escenarios. Incluso, cuando la situación financiera no estaba buena, en sua cabeza pasaba el acuerdo de los exámenes saboteados de la escuela técnica y la duda si realmente no hubiera sido mejor seguir los consejos de su papá.

Después, el presentador ingresó en el Bando de Teatro Olodum que fue un punto de inflexión en su vida. El grupo le dio argumentos y coraje para cuestionar la cuestión racial. La esencia del grupo es mezclar humor, crítica social y contundencia para hablar desde el punto de vista negro en el orden del mundo. Lo que más le llamaba atención era justamente la unión de la crítica con el humor que hacía el asunto del racismo más liviano.

Vida profesional

Iniciando su vida profesional, el autor llevaba la rutina doble de técnico de patología y actor, que iba de las 5 de la mañana hasta las 10 de la noche. El cansancio era enorme, pero la gana de seguir en el grupo de teatro habló más alto. A los veinte años, ya había hecho un poco de todo, desde protagonista, asistente de vestuario hasta productor.

En cierto momento, el autor abandonó el laboratorio y se enfocó de vez en el teatro. Esto fue posible por haber actuado en la película de la bailarina Carla Perez “Cenicienta Baiana” que fue un éxito. El caché que consiguió era equivalente a unos veinte salarios mínimos.

Así se dio el plazo de 20 meses para ver si la carrera en el arte arrancaría. Si no despegaba, todo estaba bien, porque no tendría ningún problema en volver a la doble jornada.

Con la gira de la pieza “La Máquina”, que se convirtió en un éxito nacional, pasó a tener reconocimiento y viajar por Brasil.

El auge de esta fase fue con el personaje “Foguinho” de la novela “Cobras & Lagartos” que fue un éxito absoluto en la TV brasileña.

Más adelante, sintió la falta de crear su propio proyecto para defender el sueño de otras personas, y así creó el programa “Espelho” en el Canal Brasil.

Con toda esa trayectoria, recibió varios premios y oportunidades de trabajo que se encuentran fácilmente en Google.

Lo que no está disponible, sin embargo, es la historia oculta de los desafíos de ascender socialmente y de insertarse en otra realidad siendo una excepción, algo que es invisible para muchos.

Estamos hablando de las miradas de soslayo, de los subtextos, de los miedos, de las sutilezas del prejuicio y las reflexiones sobre identidad que vamos a abordar en detalle a continuación.

El Racismo aún no ha sido superado

Hay un discurso de que no hay racismo en Brasil, ya que somos un pueblo miscigenado. Pero la verdad, es que los brasileños tienen vergüenza de decir que son racista, pero no de actuar como tal. Quien está en el lado discriminado de la situación como el autor, puede comprobarlo con hechos diarios.

Desafortunadamente, el racismo es un crimen que se acerca de la perfección, porque la mayoría de las veces sólo la víctima lo ve. Cuando la víctima muestra su insatisfacción, ella automáticamente se convierte en la compleja o acusada de victimismo.

Numerosos son los ejemplos que el autor ya vivió y acompañó de amigos negros. Hubo el caso de su amigo que fue a comprar su primer carro. Cuando llegó a la concesionaria, escuchó de un vendedor que él era sólo un “mirador”. El tipo que mira y no compra nada. Contrariando las expectativas, su amigo Chico sacó un paquete de dinero y pagó el automóvil en efectivo.

De su propia experiencia, fue detenido por dos policías cuando volvía del grupo de teatro por la noche después de parar en el banco para sacar dinero. Los policías armados le pidieron sus documentos y alegaron que él era un “tipo medio sospechoso”. Sólo después de despejar todo el discurso que aprendió en el grupo sobre racismo que los policías se alejaron irritados con su con su “soberbia”.

Todo el mundo conoce a alguien que fue discriminado, pero en una rueda nadie levanta la mano para se decir racista. Esto se debe mucho al hecho de que el racismo fue promovido de forma institucional por el gobierno, lo que se conoce como la Teoría del Blanqueamiento.

La Teoría del Blanqueamiento

“Vamos a ignorar la raza porque somos todos seres humanos” es un discurso tramposo. Desde el punto de vista biológico tiene sentido, pero en términos sociológicos no. El ideal de la nación mezclada sirvió en gran parte para negar nuestros orígenes africanos e indígenas.

La antropóloga Lilia Schwarcz tiene una extensa reflexión sobre ese asunto. Según ella, si hubo una teoría de hecho creada en Brasil, fue la teoría del blanqueamiento, que predicaba que cuanto más clara era el color de la piel del brasileño, más desarrollado sería el país.

Yo añado que eso se resultó en varias medidas estratégicas que el estado brasileño creó para oprimir a los negros en sus necesidades básicas. Para mencionar tal vez la más sutil de ellas, en la constitución de 1824, los negros fueron indirectamente impedidos de tener acceso a la escuela, lo que contuvo la formación de una clase media proporcionalmente negra.

En el presente, el “éxito” de esa política está evidente en los datos de censos geográficos en que las poblaciones negras son las más analfabetas, mueren más temprano, tienen menos posibilidades de conseguir trabajo y son los atrapados preferidos de la policía y la justicia.

Muchas personas que hoy se oponen a las políticas de inclusión de la gente negra ignoran esa historia y confunden la cuestión racial con un problema meramente social y educativo.

De hecho, no hay duda de que la mejora del sistema educativo va a ayudar a la población negra, que es la mayor usuaria de la escuela de base y de la enseñanza media pública en Brasil. Sin embargo, esta medida sirve para el pueblo brasileño como un todo y no para tratar específicamente los daños generados con base en raza ya mencionados.

En la época de la esclavitud, un negro que hubiera logrado su libertad y estuviera viajando por Brasil podía ser aprehendido en cualquier momento por la policía como “sospechoso” de ser un esclavizado. Incluso con el documento de libertad en el bolsillo, todavía era visto como un “esclavo huido”.

En el presente, no es muy diferente. El niño negro que es atrapado por la policía debe mostrar pronta humildad para no ser confundido con un bandido.

En contraste, la autopercepción de la raza blanca no existe, porque es el lugar común. La condición de blanco generalmente no es un asunto, ya que esto es el “normal”. Cuando hablamos de un europeo, siempre especificamos si se trata de un Inglés, Alemán o Francés.

Sin embargo, cuando hablamos de un africano no decimos el país de que es. Una forma que el estado creó para no valorar el pasado de las naciones africanas fue tratar el pasado europeo como la historia con “H” mayúsculo y el pasado africano como etnografía.

En suma, no había interés en integrar a los negros a la sociedad. Al contrario, el interés era eliminarlos para que la nación pudiera progresar según la premisa genética del blanqueamiento.

El Protagonismo Negro fue omitido en la Historia de Brasil

El pueblo negro es un sujeto casi invisible en la narrativa dominante sobre la historia de Brasil, cita el escritor. Aunque es consenso que Brasil fue formado por la intervención de las razas blanca, india y negra, existe una tendencia al borrado del protagonismo que los negros también tuvieron en ese proceso.

Por ejemplo, en la Revolución Farroupilha los negros lucharon con la promesa de libertad, pero en los libros de historia de las escuelas no lo vemos. También no se enseña que las primeras huelgas de Brasil no fueron promovidas por los italianos, sino por esclavos en Ilhéus, a finales del siglo XVIII. Ellos negociaron con los señores las condiciones de vuelta al trabajo, incluso el derecho de cantar y bailar.

Otro hecho interesante es que el mayor ingeniero del imperio, André Rebouças, también era negro. André ganó destaque en la sociedad al resolver el problema de abastecimiento de agua por el que la capital Río de Janeiro pasaba en la época. Él diseñó un ingenioso sistema de captación de agua que venía de fuera de la ciudad. Además, era consejero del imperador D. Pedro, proyectó y ejecutó el ferrocarril Curitiba-Paranaguá que fue referencia para el mundo de la ingeniería de la época.

Estos son algunos hechos que refuerzan que los negros tuvieron su historia contada en tercera persona, endosa el historiador Ubiratan de Castro.

La Empleada del Hogar en Brasil no es tratada como Ser Humano

La historiadora Giovana Xavier cuenta una pelea de madre e hija en la cuál escuchó la siguiente expresión: “¿Me estás gritando así por qué? ¿Está pensando que soy tu empleada? “. Entonces, ¿es natural gritar con alguien cuando la persona en cuestión tiene la profesión de empleada doméstica, como si fuera una posesión? Este es uno de los varios modismos que reflejan la mentalidad esclavista que aún moldea las relaciones patrón/empleado en brasil.

Muchas domésticas en Brasil, 70% de las cuales son mujeres negras, trabajan en situaciones abusivas. Entre los abusos están la mala remuneración, acoso sexual y acoso moral. Muchas se sienten divididas porque, al mismo tiempo que sufren, siguen sometiéndose a las mismas condiciones de trabajo, pues necesitan sostener a la familia.

La ex-doméstica y profesora de historia Joyce Fernandes y creó la página de facebook “Eu Empregada Doméstica”, en la que diariamente se denuncian abusos, si le gusta ao lector tener más referências sobre el tema.

Enfin, mucho se escucha que la empleada doméstica es una figura “casi de la familia“. Sin embargo, lo que pasa es que ella abandona a su familia y nunca entra plenamente en la familia de los patrones.

Los Medios y el Imaginario Popular todavía reflejan la Exclusión Racial

Entre 1994 y 2014, sólo el 4% de las protagonistas de las novelas de la Red Globo, que és la más grande de Brasil, fueron interpretadas por mujeres no blancas. Si tú ya asististe a las novelas, va a poder identificar al menos 1 de los estereotipos que de acuerdo con la autora Laura Vascouto son perpetuados en los guiones:

  1. La madre negra que hace todo por los patrones
  2. La empleada doméstica servil, chisme, seductora, cómica o sumisa
  3. El fiel amigo que es, la versión masculina de la criada
  4. El esclavo
  5. La negra sensual
  6. El malandrín
  7. El negro “perfecto”, término inventado por Joel Zito Araújo para definir al negro que se aleja de su origen y se vuelve más aceptable a los ojos de los blancos
  8. El negro “escalera”, que sirve para mostrar cómo el personaje blanco es bueno o más importante que él

En la carrera de Lázaro, incluso, representar un rol que no se encaja en ninguno de estos estereotipos fue una experiencia de rechazo para él.

En la novela “Insensato Coração” de 2011, el actor representó a André Gurgel que era un hombre muy rico, exitoso profesionalmente, arrogante y que trataba a las mujeres con cierta frialdad.

En consecuencia, fue atacado en las redes sociales como “feo”, “mono” e “inadecuado para el papel”. ¿Si el actor no tuviera rostro negro, boca y ojos grandes y nariz ancha él pasaría por la misma situación?

Un ejemplo en Internet que también evidencia nuestro prejuicio es el video de youtube “Black Doll White Doll Experiment”. En el experimento social que trae, se colocan dos muñecas, una negra y una blanca, sobre una mesa. Un entrevistador, delante de varios niños de orígenes distintos, comienza a hacer las mismas preguntas a todas ellas individualmente.

Las preguntas fueron:

  1. “¿Qué muñeca es la muñeca negra y cuál es la blanca?”
  2. “¿Qué muñeca es la más bonita?”
  3. “¿Qué muñeca es la más cool?”
  4. “¿Qué muñeca es mala?”
  5. “¿Qué muñeca se parece más contigo”?

El resultado ustedes ya deben imaginar.

Lo impresionante era que aunque los niñas negras dijeran que parecían más con las muñecas negras, asimismo contestaban que la muñeca negra era la mala y la fea. Cuando se les preguntaba por qué, simplemente respondían “porque la blanca es más cool“.

Cuando vemos a una novela, sea mexicana, venezolana o brasileña, los bellos son blancos. La subalternidad es representada por el negro y el mestizo, que nunca son destacados como modelos de belleza y de nación.

La realidad es que el imagen del negro todavía está muy vinculado a la pobreza. Entonces, en parte, hay una cierta resistencia desde el punto de vista mercadológico en colocar negros en los medios en general. La publicidad simplemente refleja las relaciones jerárquicas presentes en la sociedad.

Mientras que el negro sea excluido y discriminado en todos los sectores, él no será representado de forma proporcional en los comerciales de televisión, outdoors y anuncios de revistas y periódicos.

Las relaciones afectivas también son influenciadas por el racismo

Hay la creencia de que la persona negra busca a la persona blanca en la afectividad para mejorar su autoestima, ya que sostener la negritud es duro. Esta actitud está presente en la vida de la mayoría de los jugadores de fútbol negros y eso es casi siempre no es bien visto por los movimientos contra el racismo.

Para la autora Claudete Alves que tiene un libro sobre la soledad de la mujer negra, ese fenómeno es una protección del hombre negro. Por un proceso histórico y cultural, él tiende a negar su identidad. Si la mujer negra, en la misma proporción, tuviera rechazado al hombre negro, tendríamos un equilibrio. Sin embargo, es lo contrario que sucede.

La investigación de Claudete mostró que la mujer negra tiene su preferencia afectivo-sexual dentro de su propio grupo étnico. Esto muestra una actitud de resistencia que le hizo preservar las identidades negras más que el hombre negro.

En la investigación, la mayor parte de las mujeres afirmó que después de la “era Pelé” las relaciones entre hombres negros y mujeres blancas aumentaron mucho. Uno de los motivos sería el papel de los medios, que creó un referencial de lo que sería sexualmente deseable para los hombres y los niños negros.

Cuando el niño empieza a consumir pornografía, lo que encuentra son las mujeres rubias. Esto indirectamente genera un impacto negativo en la autoestima de la mujer negra, que tuvo su valor implícitamente disminuido para el hombre negro.

En términos de violencia, investigaciones indican que la agresión contra mujeres negras creció más del 190% entre 2003 y 2013 y que ellas representan el 60% de las mujeres agredidas por personas conocidas.

Además, todavía es muy difícil ver representaciones en las que el amor negro sea alabado y expresado como algo hermoso. No se ve esa expresión del amor en la televisión, en las revistas, en la publicidad y en los libros.

Como consecuencia, todo esto queda grabado en nuestro inconsciente, que influye en la manera como la gente se porta y se muestra para el mundo. Por lo lanto, la influencia de la cuestión racial también es nitidamente negativa en las relaciones.

El precio de ser una persona Negra de Éxito

El rapper Emicida afirmó en una entrevista al autor que cuando una persona negra llega a una posición en la que no es la norma, ella tiene que adaptarse a un determinado comportamiento para seguir allí. Aparentemente, el precio de ocupar ciertos lugares es no poder mencionar lo difícil que es llegar allá.

Contrariando esa regla, el Lázaro incluyó alguna conductas en su papel de actor. Una de ellas fue rechazar invitaciones para hacer novelas que retratan la época de la esclavitud. Él no estaba dispuesto a usar pantalones de algodón, ser azotado y luego ser salvo por una mujer blanca en el papel de persona esclavizada. Esto porque todo ese contexto sólo refuerza el ideal de la blanquitud. Sus amigos incluso empezaron a hacer bromas al preguntarle cuando iba a hacer “novelas de época”.

Otra decisión fue la que el escritor rechazó muchos trabajos en que tendría que usar arma de fuego. El motivo fue dejar de reforzar el estigma de la bandidaje que está socialmente asociada a la piel negra.

En los últimos tiempos, las personas negras de camadas populares llegaron a las universidades, a puestos de mando en el mercado de trabajo y merecen reconocimiento por ello.

Al mismo tiempo, sus historias todavía siguen siendo de excepción.

Es bastante válido recibir el elogio a la historia personal del tipo “vino de la favela y logró”, pero no se debe concluir que todas las “personas negras de la favela” deberían llegar allí también, porque la mayoria no tiene condiciones justas de educación, salud y todo lo que és básico.

La escritora Concepción Evaristo resume esto con la siguiente frase: la excepción simplemente confirma la regla.

¿Cómo combatir el racismo?

A partir del nacimiento de sus hijos, el autor pasó a cuestionarse de qué forma podría combatir el prejuicio racial. La solución a este problema no es algo lineal y simple. En realidad, involucra bastantes variables, a pesar de lo que podemos destacar 3 pilares en ese proceso en los párrafos siguientes.

La familia es esencial en la construcción de la autoestima

En su programa de televisión, el autor tuvo experiencias que reforzaron lo cuánto el elemento de la familia es esencial para la construcción de la autoestima. Sus entrevistados, sin excepción, ganaban un nuevo vigor y confianza al hablar de sus seres queridos.

La población blanca tiene la oportunidad de conocer bien a sus orígenes europeos y mantiene con mucho orgullo sus apellidos.

En contraste, los descendientes africanos perdieron esa referencia por el proceso de esclavización. El tráfico eliminó los registros de los lugares de donde salieron y los redefinió en etnias inventadas como la “Mina”, que significa los que se embarcaron en la costa de Mina.

Además, los traficantes les imponían rituales místicos de borrado de memoria.

Los negros eran obligados a dar varias vueltas alrededor de grandes baobás bajo azotes, después de lo que eran bautizados con la nueva identidad cristiana. A continuación, eran mezclados en lotes con personas de etnias diferentes para que no se entendieran. Por último, pasaban por el “Portal del No Retorno”, que fue un monumento construido para que nunca más sintieran ganas de volver a la tierra natal.

Todo ese proceso generó llagas de autoconfianza y una búsqueda primordial por libertad de las familias negras que sigue hasta los días de hoy.

Por ejemplo, la periodista Gloria María compartió que su abuela repetía enfáticamente que “ella debería ser libre, que no podía ser esclava de nuevo”. Ser libre estaba por encima de todo, sea el casamiento o cualquier otra cosa.

En la familia del autor, la inyección de autoestima y afecto ocurrió y fue muy importante para su formación.

Sin embargo, este no es el caso de muchas familias negras, en que padres y madres adoptan una postura más dura. Ellos asumen una postura menos afectuosa, con el argumento de preparar a sus hijos a un mundo que no los tratará bien.

Desafortunadamente, este enfoque no ayuda. En realidad, es uno más entre tantos mecanismos de defensa que generan seres humanos necesitados.

Por otro lado, el toque, el afecto y el cariño potencian verdaderamente el bienestar y la auto-confianza en nuestros hijos.

Si ellos no tienen acogida ni dentro de casa, ¿dónde lo encontrarán entonces? ¿Qué sociedad es esa que forma personas que tienen que crear dentro de si una especie de amor duro para evitar sufrimiento?

Por esas razones, el espacio de la familia es muy importante para generar autoestima de que las personas negras necesitan para enfrentar la cuestión racial. Sin autoestima y amor propio, es difícil reconocer el propio valor, sin lo que el negro tiende a alejarse de su identidad y ceder a los mecanismos inconscientes del racismo.

Alimentar Símbolos Positivos de la Negritud

Todo es simbólico, afirma el autor. Los símbolos poseen el poder de transformar a las personas.

Además de Jairzinho, que fue el héroe del escritor en la infancia, hubo otro que era mucho más cercano y que influenció positivamente la forma en que él se veía en el mundo.

Aún durante la infancia, un hombre negro de traje frecuentaba la casa de Dindinha. Él era tratado con mucho respeto y reverencia por todos. Cuando llegaba, todos iban a otro lugar de la casa por una cuestión de confidencialidad. Este hombre era el diputado Carlos Alberto de Oliveira que es el responsable de la ley que criminaliza el racismo, la ley Caó.

Cuando necesitaba refugio político, se escondía en un agujero detrás de la estufa, en la que Lázaro jugó tantas veces. Para el autor, Caó fue el símbolo de que es posible salir de un agujero para hablar al mundo sobre nuestros dolores, injusticias y virtudes.

No es natural que personas de tez más oscura sean mayoría en los presidios, favelas y manicomios. No es natural que el 77% de los jóvenes muertos en Brasil sean negros. Es ahí donde queda la importancia de las políticas de inclusión en Brasil. Desnaturalizar símbolos que se volvieron “naturales” respecto a la identidad negra.

No se trata de generar más segregación y racismo como algunas personas dicen, sino eliminar símbolos raciales negativos al dar acceso a los derechos económicos, educativos, culturales y sociales que han sido negados por el estado a las personas negras durante cientos de años.

En el plano individual, podemos hacer nuestra parte al alimentar símbolos positivos de la negritud. En su círculo de amistades, cuando surgía conversaciones sobre belleza en la época del teatro, el autor solía elogiar a mujeres negras lindas por ejemplo. Si la conversación era sobre teatro, citaba a un actor talentoso y negro. El tono siempre era amistoso.

A través de ese comportamiento, el actor pasó a influenciar también a su familia. Sus madre y primas dejaron de alisar el pelo para hacer peinados afros después de que él comenzó a usar trampas y dreadlocks. Dindinha abandonó el polvo de arroz, cambiando el maquillaje por una específica para la piel negra.

En fin, a través de alimentar los símbolos que valoren la diversidad de las identidades, lo ideal es llegar un lugar en que no hay un patrón correcto o equivocado. El cineasta Joel Zito dice que el camino es comprender que somos una nación formada por diferentes identidades y valorar las contribuciones que cada una de ellas nos ha traído, sin imponer un patrón a ser perseguido.

La llamada “geração tombamento” han demostrado que tienen derecho a un lugar en el mundo y que lo saben. Ella está compuesta por personas jóvenes y negras que usan la estética, la autoestima y la libertad para empoderarse. Los cabellos rizados ahora son símbolos de orgullo, confort e identificación.

Como la rapper dice, la mayor arma contra el racismo es el conocimiento. Con esta premisa, es importante que cada uno realice su recorrido de expansión de conciencia para darse cuenta de nuestros sesgos inconscientes. Para ayudar en ese camino, aquí está una lista de referencias y contenidos en el tema de la cuestión racial recomendados por el autor:

Conferencias de TED

Libros

Texto

Canciones

  • “” de Karol Conka
  • “” de MC Soffia
  • “” de Liniker Barros
  • “” de Rico Dalasam
  • “” de Tássia Reis

Canal de Youtube

Sea el lector negro o no, el autor nos invita a estudiar este tema como ejercicio de ciudadanía y valoración de la brasilidad. El racismo tiende a seguir en nosotros de una forma u otra si no traemos ese tema hacia el lado racional de las cosas. Mientras Brasil no esté bien para todos, los problemas seguirán existiendo tanto para los agresores como víctimas.

Necesitamos dar un nuevo significado a todas esas historias que el legado de poca pluralidad nos ha dejado hasta ahora. ¿Cuántos talentos Brasil está dejando de potenciar simplemente por no tener un ambiente que nos valore de la forma que somos?

“Si somos neutros en situación de opresión, automáticamente elegimos el lado de la opresión.”

– Desmond Tutu

Conclusión

A pesar de poseer un potencial cultural único y diferente de cualquier lugar del mundo, Brasil aún no se apropió de sus identidades negra e india, lo que se manifiesta a través del prejuicio racial. A pesar de la historia de éxito de Lázaro Ramos, esa sólo confirma la regla de exclusión que ocurre de forma invisible a los ojos de muchos. El mayor perjuicio de todo esto la sociedad brasileña que, como mínimo, disminuye la autoestima de los talentos de los excluidos.

¿Hasta cuándo vamos a posponer, a nivel individual y colectivo, el proceso de autoconocimiento y valorización de nuestros orígenes africanos, tratando las diferencias sin desigualdad?

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